Aprender aspectos clave de los distintos tipos de inteligencia me ha parecido muy interesante. Creo que los distintos aspectos trabajados por categorías incluyen actividades que ya trabajaba con mis alumnos. No obstante, el aspecto novedoso de separarlos por categorías hace que uno como docente reflexione aún más sobre el tipo de actividades específicas que realiza con sus alumnos.

La experiencia ha resultado agradable y hasta el momento fácil. Crear tablas de contenido siempre ayuda a organizar el trabajo mejor y en su futura aplicación al aula simplifica muchos aspectos aunque a priori realizarlas suponga un pequeño esfuerzo.

Por supuesto que considero viable crear entornos de aprendizaje que fundamenten  su existencia en distintos niveles de pensamiento y puedan así del mismo modo responder a la diversidad del aula con distintos tipos de alumno. Diferentes ritmos de aprendizaje requieren respuestas diferentes por parte del docente; reflexionar sobre distintos tipos de inteligencia asociadas al aprendizaje implica ofrecer múltiples actividades de diversa naturaleza que puedan dar respuesta al alumnado y sus necesidades individuales, no ya como grupo pues cada uno puede llegar a la comprensión del contenido mediante una inteligencia diferente.

Las posibilidades de esta metodología, por tanto, son muy numerosas al contar con múltiples categorías que fuercen al docente a plantearse mayor diversidad en sus actividades y a replantearse constantemente la construcción del aprendizaje de sus alumnos.

En el mundo del aprendizaje, conocer los diferentes tipos de inteligencia puede resultar muy útil para interactuar docentes y discentes. Siendo la inteligencia la capacidad de razonar, resolver problemas y aprender parece necesario delimitar los diferentes tipos de razonamiento y problemáticas a las que éstos se enfrentan.

A lo largo de mi experiencia profesional, he podido detectar diferentes tipos de inteligencia en el alumnado, aunque nunca les había puesto las categorías aprendidas (al menos no a todas ellas) y muchas veces he reflexionado acerca de cómo poder conectar desde alguna de ellas con los diferentes alumnos. Creo que, siendo importantes todas ellas cada una en el grado que se muestren en los diferentes individuos, sin embargo la inteligencia emocional parece fundamental en el mundo adolescente en el que trabajo, precisamente por intentar en esa etapa conseguir una confianza en uno mismo que facilite los diferentes aprendizajes cuando uno ya va decidiendo mejor sus intereses y su futuro académico.

La creación de una escuela que pueda dar respuesta a esa gran diversidad de inteligencias debe estar relacionada con una mayor flexibilidad por parte de los docentes en la impartición de los contenidos que pueda hacerlos accesibles de diversas maneras a los distintos tipos de alumnado y sus diferentes inteligencias.